No recuerdo bien cómo fue que conocí a Darnauchans por primera vez, me suena a que escuché algo de él en la X FM, cuando el Darno volvía a los escenarios y anunciaba los dos conciertos que generarían el disco “Entre el micrófono y la penumbra”. Tenía ganas de ir al segundo concierto, invité a una mina con la que había onda pero no le copó mucho la idea, culpa de su madre que le dijo que el Darno era un viejo que hacía música re-triste. En ese entonces yo tenía 18 o 19 años, y no me dió para ir solo, me arrepiento hasta el día de hoy. La música del Darno siempre fue una gran compañía, que disfruto seguido y que me ha hecho sentir comprendido en momentos difíciles. Luego de la edición de su disco en vivo volviendo a la escena montevideana fui muy seguido a sus conciertos, la sala Zitarrosa, el Solis, Espacio G...
Su estado de salud en 2006 no era nada bueno, su situación económica tampoco, por lo que varios artistas organizaron dos noches de “Canciones de Darnauchans” a su beneficio, en la sala Zitarrosa. Fuí a ambos conciertos, preciosos homenajes solidarios, aunque al final me quedé con cierto miedo de no volver a escuchar esas canciones cantadas por él.
El 25 de noviembre de 2006 Darnauchans presentaba su disco “El ángel azul” en la sala Zitarrosa, era su vuelta al escenario después de sus complicados quebrantos de salud. Había mucha expectativa por volver a verlo en vivo, así como dudas sobre cual sería su estado físico. Compré las entradas para ir con Pamela, mi novia en ese entonces, a disfrutar del show, aunque con la cámara de fotos en el bolso “por las dudas”. A poco de empezar el concierto las expectativas cayeron fuerte al piso, la salud del Darno seguía siendo mala, a pesar de su alegría por volver a cantar su estado no era nada bueno, perdiéndose, entrando a destiempo...
No me fue sencillo tomar la decisión de, ante una situación muy triste y conmovedora, sacar la cámara y dirigirme al frente de la sala. Era un momento histórico, por lo que me pareció que era preferible dejar un rato de lado lo que a mi me pasaba y registrarlo para que se pudiera contar. Saqué pocas fotos, no más de cuarenta y me volví a sentar. El concierto terminó mucho antes de lo estipulado, a pesar de que el Darno quería seguir, sus músicos pidieron disculpas y obviamente que toda la sala entendió. El silencio a la salida impresionaba, nos cruzamos con unos amigos pero a nadie se le ocurrió ir a tomar una...
Por suerte las fotos sirvieron para recordarlo, y una de ellas fue publicada por La Diaria en el día de su entierro, el 8 de marzo de 2007. Ese día también fui con la cámara a la procesión y el entierro, pero ni la saqué...
lunes, marzo 07, 2011
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