sábado, diciembre 24, 2005
Balance 2005, primera parte (enero-febrero)
Se acaba el año, y como por ahora estoy sin trabajo -sin plata- mejor hacer terapia escribiendo que yendo a un psicólogo y tener que salir corriendo cuando se acabe la sesión. Por lo tanto te aclaro, a vos que estás leyendo esto, que probablemente te aburras, ésto es simplemente un balance personal de mi año, para tenerlo escrito y poder vicharlo y acordarme de las cagadas que hice. O sea, hay muchas cosas productivas para hacer en la vida, leer esto NO es una de ellas, pero bueno se ve que estás muy aburrid@.
El 2005 lo empecé en La Pedrera, digamos que "me dejé llevar", para terminar dándome cuenta que eso era demasiado glamour para mi persona. A la vuelta a Montevideo empezamos, con Gabu, a meterle al audiovisual de la UCRUS http://uruguay.indymedia.org/news/2005/04/34141.php con muchos helados caseros, masitas y cervezas por medio en unos días liquidamos el corto. El audiovisual quedó "rústico", pero prolijo y transmite bien la idea que teníamos en mente, una presentación del sindicato de clasificadores de Uruguay. Creo que lo más importante fue que le gustó mucho a los clasificadores y además que fue gracias al audiovisual que realmente conocí a Gabu (que hoy en día es una gran amiga, hermana postiza!!). El audiovisual, además de algunos trabajos periodísticos previos, motivó a que los clasificadores de la UCRUS reservaran dos lugares en su omnibus contratado para ir al 2º Congreso Latinoamericano de Clasificadores en San Leopoldo (Brasil). Y bue! el 23 de enero nos fuimos con la gente de la UCRUS al congreso en Brasil, http://uruguay.indymedia.org/news/2005/01/30764.php . Una experiencia muy enriquecedora, muy buena, que terminó con el comienzo del Foro Social Mundial de Porto Alegre. El FSM fue bastante aburrido, demasiado calor, pocas charlas interesantes, nada de otro mundo, aunque sirvió para distribuir 1.000 revistas (Revista Z zmag.org) que nos habían rebotado en el envío a Argentina.
Al terminar el FSM nos volvimos con Gabu, primero bondi al Chuy (en el trayecto me emocioné hasta LA lágrima con una excelente película) (1) y después sí, bondi a Montevideooooo.
(1) sí, emoción hasta LA lágrima, es que la película era una pésima comedia estadounidense en la que una adolescente de clase media viajaba a Inglaterra para buscar a su padre (obviamente un Rey), y bueno con un poco de concentración se puede soltar una lágrima y simular la más profunda tristeza.
Un par de aclaraciones, son las 3:15am, así que disculpen las posibles incoherencias del post. La otra aclaración, en la foto movida estamos con Gabu en la "sala de prensa" del congreso de San Leopoldo.
martes, diciembre 20, 2005
La libertad
Sé que es tarea difícil discutir sobre juicios fundamentales de valor. Si, por ejemplo, alguien aprueba, como fin, la erradicación del género humano de la tierra, es imposible refutar ese punto de vista desde bases racionales. Si, en cambio, hay acuerdo sobre determinados objetivos y valores se puede argüir con razón en cuanto a los medios
por los cuales pueden alcanzarse estos propósitos. Señalemos, entonces, dos objetivos sobre los cuales tal vez estén de acuerdo quienes lean estas líneas.
1. Los bienes esenciales destinados a sustentar la vida y la salud de todos los seres humanos, deberían producirse con el mínimo esfuerzo posible.
2. La satisfacción de las necesidades físicas es por supuesto la
condición previa indispensable para una existencia decorosa, si bien no es suficiente por sí sola. Para que los hombres se muestren satisfechos deben tener también la posibilidad de desarrollar su capacidad intelectual y artística según sus características y condiciones personales.
El primero dé estos fines exige la difusión de todos los conocimientos relacionados con las leyes de la naturaleza y de los procesos sociales, esto es, el impulso de todas las investigaciones científicas. La tarea científica resulta; por cierto, un conjunto natural, cuyas partes se
apoyan mutuamente, de tal manera que nadie puede prever, en efecto. No obstante, el progreso de la ciencia exige que sea posible la difusión sin restricciones de opiniones y consecuencias: libertad de expresión y de enseñanza en todos los ámbitos de la actividad intelectual. Por libertad debo suponer condiciones sociales de tal índole que el individuo que exponga sus modos de ver y las afirmaciones respecto a cuestiones científicas, de tipo general y particular, no enfrente por ello graves riesgos. Esta libertad de expresión es indispensable para el desarrollo y
crecimiento de los conocimientos científicos, un detalle de decisiva importancia práctica. En primer término, debe garantizarla la ley. Mas las leyes solas no logran asegurar la libertad de expresión; a fin de que el hombre pueda exponer sus opiniones sin riesgos serios debe existir
el espíritu de tolerancia en toda sociedad. Un ideal de libertad externa como éste jamás se logrará plenamente, aunque debe persistirse en él con empeño si queremos que el pensamiento científico avance sin tregua, lo mismo que el pensamiento filosófico y creador en general.
Para lograr el segundo objetivo, o sea que resulte posible el desarrollo espiritual de todos los individuos, es necesario un segundo género de libertad exterior. El individuo no ha de verse obligado a trabajar tanto para cubrir sus necesidades vitales que no le quede tiempo ni
fuerzas para sus actividades personales. Sin este segundo tipo de libertad externa, no servirá de nada la libertad de expresión. El progreso tecnológico tornaría posible esta forma de libertad si se alcanzase una división racional del trabajo.
La evolución de la ciencia y de las actividades creadoras del espíritu en general, reclama otro modo de libertad que puede calificarse de libertad interior. Esa libertad de espíritu consiste en pensar con independencia sobre las limitaciones y los prejuicios autoritarios y sociales así como frente a la rutina antifilosófica y el hábito embrutecedor del ambiente. Esta libertad interior es un raro privilegio de la naturaleza y un propósito digno para el individuo. Empero, la comunidad puede realizar también mucha labor de estímulo en este sentido, por lo menos al no poner trabas a la labor intelectual. Las escuelas y los sistemas de enseñanza obstaculizan a veces el desarrollo de la libertad interior con influencias autoritarias o cuando imponen a los jóvenes cargas espirituales excesivas; las instituciones de enseñanza pueden, por otra parte,
favorecer esta libertad si fomentan el pensamiento independiente. Únicamente si se prosigue con constancia y conciencia la libertad interior y la libertad externa es posible el progreso espiritual y el conocimiento y así mejorar la vida general del hombre en todos sus aspectos.
Albert Einstein
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